La autosuficiencia y como ser autosuficiente

¿Qué significa autosuficiencia?

Si sientes interés por la autosuficiencia, el autoabastecimiento o la gestión de tus propios recursos, este es un lugar donde poder informarte y aprender al respecto.

Con este primer post pretendo darte una perspectiva general de su significado y aclarar algunas dudas que surgen en torno a este concepto.

En términos generales, me gusta definir la autosuficiencia como la capacidad que tiene una persona o un grupo humano para generar sus propios recursos de forma sostenible y respetuosa con el medio que les rodea, dependiendo lo mínimo posible del sistema.

Wordreference la define en esta breve frase: “Estado o condición del que se basta a sí mismo”.

Adentrandonos en el tema

Muchas personas nos hemos preguntado algun vez ¿se puede vivir sin dinero? Sin duda alguna se puede, ahora, lo que realmente tienes que preguntarte es, ¿renunciarías a gran parte de las comodidades que ahora tienes para poder vivir sin dinero?, si tu respuesta es sí, puedes vivir sin dinero, así de simple.

Es tan sencillo como entender que la autosuficiencia no significa hacer absolutamente todo por ti mismo/a. No digo que esta idea ni ninguna otra sea incorrecta, digo que en el transcurso de la historia de la humanidad, “según nos han contado” (permíteme la duda) desde la creación de la Civilización y a partir de la creación de las industrias y la tecnología, obtenemos determinados productos y servicios a partir del trabajo comunitario organizado (empresas e industrias).

Esto nos ha llevado a una sociedad en la que cada vez hay más especialistas en cuestiones muy concretas, lo cual sin hacer ningún juicio de ello, nos lleva a depender enormemente de los demás. Por ejemplo, fabricar un coche una sola persona es todo un reto y aunque seguramente habrá personas capacitadas para ello, ¿tienen todos los recursos a su alcance para fabricarlo?

Pensemos que realmente para llegar a determinados avances en la evolución como especie ha sido necesario renunciar a muchas cosas y entre ellas hemos renunciado hasta el momento de forma evidente a la autonomía y el empoderamiento personal. No olvidemos el momento en el que vivimos y el camino que hemos elegido como humanidad, ello trae ventajas y también muchas renuncias.

Existe un gran dilema que se presenta cuando hablamos de la autosuficiencia, ¿se puede ser autosuficiente y ganar dinero y no por ello “ser incoherente”? Mi respuesta es: ¡por supuesto que sí!.

Si ves el dinero como lo que realmente es, una herramienta, harás un uso del mismo como lo haces con el pico o del sacho (azada). Mi perspectiva parte de la premisa de que si tu eres tu propio jefe, pones tus horarios de trabajo y decides cuanto ganas, tu trabajo y por consecuencia tu dinero, es generado de forma autosuficiente.

El dinero no deja de ser un medio, unos lo usan para unos fines y otros para otros.

Ejemplos reales

Hay casos particulares que personalmente admiro como el del joven catalán Albert Casals, un chico que se desplaza en silla de ruedas y que logra desde muy temprana edad cumplir su sueño de viajar por el mundo partiendo con tan sólo 30 euros en el bolsillo según el mismo cuenta. Su aventura le ha llevado a viajar por más 80 países prácticamente sin dinero. Su caso y otros como el de la familia argentina conocida como «los Zapp«, son ejemplos muy inspiradores bajo mi parecer, pero claro, no todo el mundo está dispuesto a renunciar a ciertos lujos, hacer autostop, dormir en una caseta de campaña o en casa de personas desconocidas, o viajar por el mundo en un coche restaurado vendiendo sus propios libros y otras creaciones, pero si te digo una cosa, eso no significa que no puedas dar algunos (o muchos) pasos hacia la autosuficiencia.

Bajo mi punto de vista, la clave está en cómo te relacionas con el dinero, qué etiqueta tienes hacia él y cómo lo usas, no es necesario renunciar al 100% al dinero ni al sistema, pues si eres lo suficientemente inteligente sabrás como hacer uso de ambos y no por ello renunciar a la libertad que te proporciona ser autosuficiente.

Del mismo modo pienso que tenemos el reto inminente como humanidad de encontrar otras formas de intercambio alternativas al dinero y con ello cambiar el paradigma de la actual economía competitiva. Como ya todos sabemos este cambio es necesario en todas las esferas sociales si queremos evitar que continúen determinadas actividades, comportamientos y decisiones que pueden acarrear consecuencias irrefrenables para nuestro planeta.

En el plano económico ya existen algunas formas de intercambio alternativas como los bancos del tiempo o las monedas sociales que llevan funcionando muy bien en muchos lugares del planeta. Alemania es uno de los países con mayor cantidad de pueblos y comunidades que han logrado introducir su propia moneda social. Sabiendo esto e infinidad de esperanzadoras noticias que plantean nuevas propuestas y paradigmas (que por supuesto casi no salen por los medios convencionales) sólo nos queda ponernos de acuerdo y ocupar cada uno su lugar en este mundo para poder cambiar el rumbo de las cosas.

El reto

Personalmente yo tengo como reto depender lo mínimo posible del dinero y generar todos los recursos que me sean posibles. Eso sí, estando atento a no caer en la contradicción de esclavizarme con ello. También considero que depender lo menos posible del sistema, al contrario de cómo piensan muchas personas, es un acto de responsabilidad personal y social enorme, pues dejas de ser un elemento dependiente de “Papá Estado” y empiezas a ser un agente de cambio con poder para generar riqueza a tu alrededor de forma independiente.

Para mí deja de ser una opción vivir inmerso (no digo al margen) en un sistema que te ofrece vender tu tiempo a cambio de que consumas y te entretengas con sus propios productos y servicios. Aunque como bien me dijo un amigo, no hay que perder de vista que el sistema no es el enemigo, sino el maestro que nos recuerda que algún día tuvimos el poder que sigue residiendo dentro de nosotros. Verdaderamente tú eres tu peor enemigo o tu propia salvación.

¿Que suelen opinar las personas?

Cuando comparto con los demás que me dedico a investigar y poner en práctica una vida autosuficiente, suelo observar que existe una creencia generalizada que relaciona la autosuficiencia con la supervivencia. Aunque si que tienen muchos puntos en común, una cosa es ser autosuficiente y otra muy distinta es sobrevivir y la diferencia principal radica en la situación que nos lleva a una u otra opción.

Una persona sobrevive cuando el entorno o la situación social en la que vive le arrastra a «buscarse la vida» para proteger su propia existencia. Aunque hoy en día se ha convertido en una afición para algunos, para otros sigue siendo una realidad diaria.

A diferencia, el autoabastecimiento habitualmente es el paso que da una persona para empoderarse frente a un sistema que crea continuamente dependencias. Hablo de empoderamiento, pensando en aquella persona que genera su propio alimento, produce la electricidad que necesita o recoge el agua de la lluvia y la utiliza, entre otras cosas. Es decir, que deja de depender en mayor o menor medida (eso ya depende de hasta donde quiera llegar cada uno/a) del sistema.

Muchas personas relacionan la autosuficiencia con «volver al pasado y renunciar a los actuales avances», pero esta creencia es producida muchas veces por el desconocimiento que existe en relación a este tema.

Conclusión

Una buena autogestión de tu hogar, facilita los quehaceres diarios, ayuda a reducir gastos, lo cual nos permite invertir en lo que normalmente no podemos y nos enriquece como personas, permitiéndonos contar con más tiempo para disfrutar de los pequeños detalles de la vida.

Creo que muchos coincidimos en considerarla como una forma de vida, pues la mayoría de personas que lo experimentamos lo hacemos conscientes de la necesidad de cambio que necesita la humanidad.

Utilizando este blog como medio, me gustaría compartir contigo lo que para mi es una realidad diaria que te invito explorar por ti mismo/a.

Esta forma de ver la vida no es para nada nueva, al contrario, lo nuevo es la vida moderna y pronto tendremos que renunciar a muchos aspectos de ella, pues ya estamos hablando de una cuestión de urgencia para nuestro planeta y de supervivencia para todos los seres que habitamos en ella.

*Nota: Este primer post tan sólo es una toma de contacto con lo que me gustaría desarrollar y profundizar en este blog, en próximos artículos compartiré y ampliaré información sobre mis experiencias e investigaciones para poco a poco acercar a quien quiera a dar sus primeros pasos hacia la autosuficiencia. Si quieres asistir presencialmente a mis actividades o estás interesado/a en hacer práctica esta forma de vida, te invito a que hagas clic AQUÍ


Jose García

Soy una persona con muchas inquietudes, alguien a quien le gusta disfrutar tanto de la soledad como de la buena compañía. Me apasiona investigar, escribir y crear cosas. Siento una atracción enorme por el empoderamiento social, lo existencial y creo en una forma de vida autosuficiente, relajada, emocionante y plena.

Comments (2)

    • ¡Muy buenas Jose Manuel!
      En cuanto a libros te recomiendo cualquiera de John Seymour. En especial el manual que reune dos de sus publicaciones más conocidas «La vida en el campo y el horticultor autosuficiente». También te recomiendo «Manual práctico de la vida autosuficiente» del mismo autor y «Vida de Zarigüeyas» de Dolly Freed (una experiencia real de autosuficiencia de una chica de 18 años y su padre). Te podría recomendar muchos más pero tampoco quiero saturarte (haré un post sobre recomendaciones o alguna sección). En cuanto a comunas o comunidades en España, te adelanto que yo vivo en Canarias y aquí ya se están gestando algunas pequeñas comunidades y conozco algunas andaduras que ya finalizaron. En península se que hay ejemplos muy buenos como Lakabe (busca en Google y encontrarás al menos un reportaje de ellos), que sigue en marcha por lo que tengo entendido y llevan muchos años caminando. Directamente no te puedo recomendar ninguna fuera de Canarias, ya que no he visitado comunidades en el resto de España. Mi experiencia «casi directa» con comunidades si que me lleva a recomendar que una comunidad ha de separar espacios privados de espacios comunes y trabajar muchísimo en el cuidado de las relaciones de los miembros (especialmente las personales y las organizacionales). Espero haberte ayudado.
      Gracias por participar amigo, ¡un saludo!

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